domingo, 4 de marzo de 2012

NO TE ENGAÑES: ROBAR ES ROBAR

           
Me resulta especialmente complicado este artículo por mi situación personal: no tengo Internet en casa. Puede parecer arcaico, lo sé, pero no sólo vivo sin él, sino que estoy perfectamente cuerda y con la cabeza bien amueblada. Sí es cierto que, de vez en cuando, a la hora de hacer trabajos rebuscados que no aparezcan en enciclopedias, tengo que pedirles a mis padres que me descarguen la información de Internet, pero veces contadas. No echo en falta esta herramienta alternativa que puede aportarnos mucha información, indudablemente. También es una forma de no exponerme al gran peligro que supone: como muchos adolescentes, podría “engancharme” y estar atada a redes sociales día y noche hablando de asuntos de importancia suma con amigos que he visto hace un minuto. No todo es tan extremo, claro está.

Partiendo de ahí: como en casi todos los artículos, voy a aportar argumentos tanto pensando que es inmoral como pensando que en parte es moral.

Te ves en la situación de que te apetece escuchar el disco de ese grupo tan estupendo que tanto te encanta con el que te pasaste soñando un mes después de asistir a su concierto. Te plantas en el fnac y te piden 20€, más o menos lo mismo que El Corte Inglés y otras tiendas. Tu paga es de 5€ semanales (a veces la abuela aporta un poco más, pero se ha ido al pueblo) y este mes tienes dos cumpleaños. Elige la opción correcta: comprarlo y que te echen a patadas en casa porque ayer te fuiste de compras y te gastaste un dineral y hoy les vas con este cuento, descargarte el disco entero o pedirle a un amigo que te lo grabe. Nada de padres enfadados, ya que has fichado un vestidito monísimo; no vas a molestar al amigo porque es un tío muy ocupado y está estudiando para ser ingeniero. ¿Qué nos queda? ¿Qué es lo más fácil?

Lo descargas y justo en ese momento el cantante del grupo cae en una gran depresión porque lleva toda la vida invirtiendo su tiempo en la música y no ha vendido ni un ejemplar. Con lo que le ha costado grabar el disco, presentarlo a la SGAE (pagando), que se lo acepten (cambiar la maqueta), ponerlo en venta… ¿Cómo puede ser? Si el concierto fue un éxito. Creo que tenemos la respuesta. Es un caso muy patético, los verdaderos seguidores del grupo se habrían comprado el disco.

Otro caso posible: te encanta una canción de estas pasajeras de la que no sabes ni el título ni el cantante. Puedes enterarte de ambos, pero seguro que no comprarás el disco.

Deseas con toda tu alma ver la peli que tantos Goya ha recibido. En el cine van a clavarte de lo lindo si pretendes comer palomitas y tomarte un refresco, así que vas a comprarlo en el chino de al lado y vas a meterlo de fuera. ¿No te apetece ir al cine? ¿Está muy lejos? ¡Viva la vagancia los domingos! Te pedirán alrededor de 20€, y a ti se te hincha la vena sabiendo que el CD en sí cuesta 30 céntimos y que podrías grabarlo en casa.

No digo que se cierren las descargas en Internet, sino que haya que pagar un precio (simbólico) por cada descarga. Todo lo que está a nuestro fácil alcance se menosprecia y se abusa de ello. Por ser gratis nos descargamos indiscriminadamente todo tipo de novedades. Si hay buffet libre, comerás hasta que no puedas más, y no porque estés más hambriento que de costumbre, sino porque es gratis.

Quizás el sistema podría consistir en que a más antigüedad, menos precio, es decir: una película de hace más de cinco años, un euro; una de más de tres, dos euros; una de este año, tres o cuatro euros. Así la gente seleccionaría más el material que descarga, está claro, aunque el precio sea módico. Yo me descargaría la película que estaba deseando ver.

Desde la tele y los personajes públicos se nos hace ver que, como todo el mundo roba, no está mal. Si roba Urdangarín, roban los políticos y roba la SGAE, ¿por qué nosotros no? Al parecer, no se te castiga demasiado. No robaría en una tienda ni a alguien que vea por la calle, pero parece que así, robando indirectamente a un pobre escritor o director, no es lo mismo.

Premiemos el esfuerzo, la inteligencia y el trabajo de los nuevos o viejos talentos. No es gratuito. Igual que si vas de compras pagas al diseñador, de esta forma pagas a los autores, y digo a los autores, no a intermediarios.