sábado, 3 de diciembre de 2011

Ser o no ser (bueno o malo), esa es la cuestión

Es complicada la pregunta que se nos plantea. En efecto, lo es. Sobre todo si no se conocen los límites que delimitan tan ambiguamente. Pienso que si te levantas un día y así, por las buenas, donas desinteresadamente todo tu dinero a una ONG, vas a tener una paz interior sin igual, pero te arrepentirás de ese día de inspiración divina en que te levantaste de buenas toda tu vida. Sin embargo, si a todo dices “no” tendrás un corazón vacío metafóricamente, e incluso estarás insatisfecho contigo mismo. Todo el mundo da lo que recibe y luego recibe lo que da o, por decirlo de otra manera, recoges lo que siembras. Así que haz las cuentas por esta regla de tres. Por nosotros mismos somos insuficientes y la unión hace la fuerza. Por las malas, las cosas no suelen salir bien.
Si eliges como opción la donación, una solución podría ser hacerlo poco a poco. No te dejes llevar por el ansia. A veces el hacer cosas buenas puede llegar a ser una adicción, casi como una “droga”, que empieza siendo blanda y puede convertirse en dura. ¿Y por qué hacemos esto si sabemos que no nos hace bien? Normalmente, para “quedar bien”, para no sentirnos egoístas por dentro, para no reconcomernos toda la noche por algo que no ha agradado al prójimo. Así, estos “drogodependientes” van perjudicándose con hechos dañinos para sí mismos, por ejemplo, quedarse sin cleenex, y estar resfriado. Pero, claro, después te da vergüenza pedir uno a alguien, y piensas: “¿por qué no se les pega un poco?”. Y estaría bueno pedirle uno a quien, a su vez, te lo ha pedido a ti cuando ves que éste tenía. De aquí sacamos el ya sabido “bueno, pero no tonto”, y ya a estos extremos para la persona con la que estábamos a buenas, lo somos. Y así, estos “drogadictos” pueden ascender a “camellos” y tú, al ver sus buenas acciones, intentas igualarlos o, incluso, superarlos (somos tan arribistas…), y acabas como ellos, logrando un círculo vicioso. Por lo tanto, si atisbas algo de buena intención en una persona ¡huye! Todo se pega menos la hermosura.
Sé que este texto no responde exactamente a la pregunta, pero argumenta mis variadas opiniones y, como no encuentro el porqué de ser bueno ni el porqué de ser malo, esto es todo lo que puedo sacar en claro: ser bueno o no depende de la situación en la que nos encontremos y las personas de las que estemos rodeadas. Hay que ser bueno si la buena acción nos sale del corazón y no tratar de quedar bien con todos. Hay que ser malo cuando se aprovechen de nuestra bondad.

2 comentarios:

  1. 1.- Es que hay un giro en el artículo que no entiendo. Empieza defendiendo una especie de retribución por bondad -ser bueno para que lo sean contigo- y acaba diciendo que no. ¿En qué quedamos?
    2.- ¿Ser bueno sale del corazón o de la razón?

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  2. 1.-Lo más inteligente es empezar siendo bueno/a con todos pero, una vez que conoces a una persona, tienes que tener en cuenta que la bondad ha de ser recíproca. Así que te vendrá mejor dejar de esforzarte por ser bueno/a con la persona que no te corresponde a esa bondad.
    2.-Ser bueno sale del corazón de la razón y de la razón del corazón.

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